Cree lo suficiente en lo que haces como para que no te importe lo que piensen los demás.

Mark Twight.

miércoles, 3 de julio de 2013

Día 13. 13/07/2012 Melide - Santiago de Compostela.

Día 13. 13/07/2012 Melide - Santiago de Compostela.
Según GPS 51 kms.








Maremía, maremía... no me lo puedo creer!!!
Hoy llegamos a Santiago!!!

Ya ha pasado el tiempo, han pasado los kilómetros, los peregrinos, los lugares mágicos, las tropecientas mil pedaladas... los albergues, los amigos... tantas y tantas cosas en estos trece días que parece hayamos vivido dos vidas.

Santiago.

Me emociono solo de pensarlo. Uf!

Salimos de Melide bastante temprano, como es habitual. Abrigados con todo lo que podemos llevar encima porque la temperatura es bastante fresca.
Hace unos días ya, así como quien no quiere la cosa... metí en las alforjas de Miguel los mapas y guía, jejeje... no es que sea mucho peso el que me he quitado de encima, pero él va bastante cómodo y si me quito un quilo... se nota!!!

El ambiente que se respira entre los peregrinos con los que nos encontramos es de optimismo, de objetivo cumplido, ilusión y emoción. Casi todos ellos llegarán hoy a Arca do Pino o Labacolla para pernoctar, y entrarán en Santiago mañana por la mañana.

Y nosotros llegaremos, llegaremos!!!

Seguimos disfrutando de unos bosques frondosos, impresionantemente bellos, encantados, casi mágicos, de colores y aromas sorprendentes.

Llueve.
De nuevo llueve bastante.

Uno de los municipios más importantes por el que pasaremos hoy es Arzúa, en la que elaboran un queso para chuparse los dedos.

Llueve y además moja. :)











El Camino hoy discurre entre pequeños pueblos, pedanías diría, cruza "taytantos" arroyos cantarines y bosques de eucaliptos y robles. Me repito... pero los bosques me han impresionado un montón.

Llueve, llueve y llueve...

La lluvia no molesta demasiado, es casi agradable porque la temperatura de hoy es bastante suave con lo cual el ejercicio físico es más llevadero. Aunque después de varias horas expuestos a la lluvia, los chubasqueros de "decathlón" hacen agua por todos los sitios, con lo cual... empapados, toda la ropa empapada, por dentro y por fuera.  CONSEJO: Nunca, nunca, nunca, este tipo de chubasqueros, que solo valen para un rato, pero no para una actividad así.

Cada hito kilométrico está marcado con un mojón de piedra, que indica uno a uno y en descenso la distancia que nos separa de Santiago de Compostela. ¡Es emocionante, cada vez queda uno menos!!!  25, 24, 23... y comenzamos con 790!!!

Melide, Parabispo, Boente, Castañeda, Ribadiso Da Baixo, Arzúa, Calzada, Ferreiros, Salceda, Brea, Cerceda, Santa Irene, Rúa, Arca Do Pino... queda menos, queda menos! Me emociono!!!












Arriba y arriba de unos kilómetros... LABACOLLA!

Comenzamos el ascenso por otro bosque de eucaliptos hacia Labacolla.  Ayyyy que cerquita estamos!!!  El barro del camino, el cuestón y las fuertes rachas de lluvia me impiden pedalear bien, de forma que pié a tierra y voy charlando con el peregrino que va por la cuesta. Él hace el Camino solo, ha ido conociendo a mucha gente a lo largo de los días, hoy pasará noche en el albergue del Monto Do Gozo, para entrar en Santiago mañana temprano.

La cámara de fotos hoy sale poquito a pasear, porque con tanta lluvia, lo mojadas que tenemos las manos y la humedad... en fin, habrá menos instantáneas hoy.





Ya llegamos, ya llegamos!!!
El Aeropuerto de Labacolla!!!  De aquí a Santiago será todo cuesta abajo, por fin, por fin, por fin... este punto es muy especial porque estamos a tiro de piedra y porque hoy las mariposas las llevamos en el estómago!!!

No puedo ni mirar el mapa, avanzo hacia delante y ya está, todo está empapado, el mapa, el teléfono, el gps... no veo nada... Entro en bucle... cuánto falta? falta mucho? cuánto falta? ya falta poco verdad? cuánto queda?...  Creo que Miguel me responde, pero con el sonido de la lluvia contra mí, no me entero de mucho. Le doy alcance, cuánto falta? cuánto falta? falta mucho? ya queda poco verdad? estamos cerquísima o cerquisísima??...  Ojiplático está.

Realmente no recuerdo bien que me responde, no es que no le oiga por el sonido de la lluvia, realmente me doy cuenta de que no le escucho, solo oigo latir mi corazón!


Aeropuerto de Labacolla.












¡Estoy aquí! ¡Ya lleguéeeee!!

Y el Monte Do Gozo? cuánto falta? cuánto falta?... Qué cansina está la niña, ya lo has preguntado mil veces, estamos cerca, siiiii!!!  Ainssss... es que no llega nunca!

Llueve, llueve y llueve. Tenemos barro por todos los sitios, las zapatillas encharcadas... toda todita la ropa encharcada. Adelante que falta poco!

El Monte Do Gozo!!  Ya se vé! Ya está ahí! Se ve la Catedral!!! Ya llegamos! Venga, venga que estamos al laditooooo!!!

Entrada en Santiago de Compostela, un minibordillo... por aquí, por allá, cuidado, cuidado... leche al canto! No se como lo hago pero este minibordillo me hace perder el equilibrio, doy una vuelta en el aire, la bici por encima de mi y caigo en la carretera. Halaaaaaa! Menos mal q en ese momento no pasaban coches, eso sí, se han parado para dejar que me recomponga. Arriba como un resorte, no ha pasado nada y vamos, vamos que estamos ceeeeercaaaaaa!!!








Ya solo chispea, menos mal!!!
Entrar en Santiago de Compostela en bici es un pelín complicado. La ciudad no está bien preparada para llegar en bici, aceras estrechas, calles estrechas, el autobús, los caminantes, los que pasean... cuidado, cuidado... cae Paqui. Otro minibordillo traicionero y malhechor. Está todo tan empapado que las piedras de la calzada resbalan un montón. El golpe de Paqui ha sido algo más que el mío... de hecho ha chocado la pierna con un murete de piedra que le ha dejado la pierna del color de la semana santa...:(

En la Plaza de Quevedo, nos encontramos con un peregrino con el que coincidimos en el Alto do Poio, él ha hecho el Camino en una semana, que lo tenía prometido, vaya! ;)

Estamos emocionados... llegamos, llegamos... Ayyy casi no puedo hablar... de repente me embarga un misticismo... se nota tantísimo lo especial que es la ciudad...

Ya llegamos al arco que da acceso a la Plaza del Obradoiro ¿estará allí el gaitero de siempre?  Siiiii... se escucha la música de la gaita. Bajamos de la bici para descender las escaleras y allí está... me emociono, se me eriza la piel... le saludo, sonríe y me devuelve el saludo. Casi lloro.

Llegamos a la plaza!!!!
Estamos aquí!!!
Lo hemos conseguido!!
Hemos llegado sanos y salvos!!!

La plaza tiene bastante gente, muchos peregrinos y turistas. Me dirijo hacia el centro, suelto la bici y ya... no puedo hablar. Miro la catedral, plateresca? churrigueresca?? no se... es preciosa entera!!!
Dejó de llover, hemos llegado a Santiago lloviendo como se desea en la tradición.

Nos abrazamos, llamamos por teléfono a nuestras familias y amigos. ¡Estamos aquí!
Saludamos a otros peregrinos que llegan también en este momento... como explicarlo... no tengo palabras, la emoción es tan intensa que si abro la boca, lloro.

De hecho lloro emocionada. Son las 16:30.













Un peregrino que llegó el día anterior, nos dice que en ese momento la Oficina del Peregrino tiene poquísima gente, que nos dirijamos allí para presentar nuestra credencial y pedir la Compostela (que no Compostelana, que esta es una señora de allí que no le gusta que la pidan tanto). Parece ser que hay momentos en que se satura y se tarda un montón en hacer un mero trámite.

Vamos hacia la Oficina y efectivamente, nos atienden en un santiamén. Cada uno de nosotros pasa por un mostrador en el que nos hacen una serie de preguntas sobre nuestros motivos para hacer el Camino, y debemos rellenar una ficha con información relativa a nuestro lugar de residencia y motivos. No puedo articular palabra... lloro y lloro... feliz por haber completado este reto. No puedo ni escribir de calada que estoy, a lo cual el chico que me atiende, se ofrece amablemente a rellenar todo y me dice que tiene muy claros cuales son mis motivos y me entrega una Compostela preciosa con mi nombre en latín.

Tan bonita!!!!

El preciado sello de Santiago de Compostela

La credencial completa.

La Compostela de Miguelón.

Volvemos a la Plaza, paseamos con las bicis, vamos aquí y allá... Como en Santiago solo hay un albergue que siempre está lleno, en esta ocasión teníamos reserva en el Hostal Los Girasoles que está ubicado céntricamente. Nos admiten la bici, habitación triple, 65 €.

Soltamos las bicis con algo alegría y tristeza también. Algo contradictorio, por un lado sabemos que mañana no será nuevamente un día de pedaleo y las echaremos de menos,

Ducha, ropa seca... ropa seca? un pantalón corto, una camiseta de tirantes y las cholas... Gensanta con el frío que hace aquí hoy!!! 16 grados.  Al Cortinglés a comprar ropa larga y seca.. secaaaa... guauuuu!

Allá vamos. Taxi, rebajas, pagamos, y al probador a cambiarnos. Ja jajajaja!!!  Parecemos salidos del programa "Lluvia de Estrellas"...  Ahora si que podemos pasear, estirar las piernas y darnos el bien merecido homenaje.



El color de la semana santa... y se lo ha hecho tan solo hace un par de horas... :(

 El taxista nos recomienda el homenaje en "Deciseis" y resulta ser un gran acierto. Está todo buenísimo!








Y brindamos por nuestra hazaña, porqué no? por nuestro tesón, porque ha sido difícil, porque ha sido maravilloso, entrañable, místico, por las personas que hemos conocido en el camino, por la grandísima experiencia, porque esta ciudad es mística y contagia de energía telúrica y positiva... por... que si... y por mí...  y por ... tí... y ya vale.. ya vale!!!




Hay que preparar la vuelta desde allí, ya tenemos información de Seur para empaquetar las bicis, en esta oficina han sido muy amables y solícitos. Para preparar la vuelta de las bicis tenemos varias opciones: 
Bus-35€, Renfe-42€, Seur 49,99€.

En la oficina de alquiler de coches, no disponen de idéntico vehículo al que alquilamos para llegar a Pamplona, con lo que no podemos llevarlas en el coche. Al precio de envío de la bici, tenemos que sumar nuestros billetes, que son otra pasta. Decidimos enviar las bicis con Seur, que ellos se encargan de empaquetarlo todo bien y lo entregan en la puerta de casa: Nosotros volveremos en un coche pequeño de alquiler.

Agotados como cada día y con una sonrisa permanente en la cara, nos retiramos a descansar. Mañana será otro día con varias tareas por delante, el abrazo al Santi y la emocionante misa del peregrino en la que nos nombran!!!

Habremos cerrado el viaje...  o no...?