Cree lo suficiente en lo que haces como para que no te importe lo que piensen los demás.

Mark Twight.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Día 9, 09/07/2012, Hospital de Órbigo - Molinaseca

Día 9.
09/07/2012, Hospital de Órbigo - Molinaseca.
Según GPS 61 kms.

SPM* y Cágate Lorito.





Buenos días!
Temprano, es bastante temprano. Como todos los días, aprovechamos las primeras horas de la mañana, son muchos los kilómetros a salvar, sobre todo salvar los desniveles es lo que más nos ralentiza. Hoy tenemos que ponernos medalla porque nos aguarda una de las etapas más duras. El Alto de la Cruz del Ferro.  Me tiemblan las piernas solo de pensarlo... es tanto lo que he oído de este Alto... en fin, mejor no lo pienso. Me pongo en modo optimista, cuando no pueda pedalear, pie a tierra y a avanzar andando. Molinillo y pies, y poco a poco, cuando me quiera dar cuenta he conseguido el objetivo. Perdón... hemos conseguido el objetivo. Eso es!!!

Levantarnos pronto en el Albergue de Mincho ha sido todo un lujo y una gran sorpresa. Mincho nos dejó preparada la mesa para un suculento desayuno, con todo tipo de detalles. ¡Qué delicia de lugar, como nos ha cuidado!



Tras disfrutar del desayuno y de la hospitalidad de Mincho salimos de Hospital de Órbigo. Las flechas amarillas y las conchas nos guían como cada día.
La familia de "Azules" también sale pronto. Ellos quieren llegar hoy a Ponferrada (qué paliza!). El miércoles quieren estar en Santiago obligatoriamente ya que el jueves tienen alquilado un coche para volver de Santiago a Pamplona, y posteriormente entre viernes y sábado volver en su propio vehículo, que han dejado allí, hasta Cádiz. ¡Qué paliza de viaje! Compartimos con ellos la información sobre como hemos hecho para subir a Pamplona y como haremos para regresar a Madrid. Les parece mucho mejor opción, pero ya no tienen otra alternativa, deben pasar por Pamplona a recoger su vehículo propio.

Me duele bastante el estómago, aún no se repone desde El Burgo Ranero... tengo tenso todo el sistema digestivo. Pedalear entre piedras no ayuda especialmente a mejorar, pero es lo que hay. 
A Paqui le duele bastante la muñeca, la muñequera parece que le ayuda, pero solo parece...
A Miguel, por fortuna, no le duele nada.

Realmente estamos teniendo mucha suerte, ni un pinchazo, ni una mala caída, ningún contratiempo, no nos duele el culo... no me puedo quejar! :)

El Camino, de cuando en cuando, sigue transformándose en andadero paralelo a la N-120. Cuesta arriba y cuesta abajo, nos plantamos en el Crucero de Santo Toribio tempranito. De aquí a Astorga nos quedan unos 4 km.

Los Montes de León... siguen esperándonos.



Llegar a Astorga ha sido fácil, no nos ha desgastado mucho. Atravesamos el puente sobre la carretera que tanto nos llamó la atención cuando lo hemos visto en fotografías de otros peregrinos. Tener la certeza de ir alcanzando cada punto de la geografía, nos hace sentir que podemos conseguir este gran reto. Poco a poco vamos superando cada día las etapas.




¡7 campanas en una sola torre y de este pequeño tamaño!



Astorga es una ciudad bonita y acogedora. Al atravesarla recuerdo cada uno de los lugares en los que ya he estado anteriormente. 




Coincidimos en varios puntos con nuestros compañeros de etapa, La Familia de "Azules".

Continuamos Camino. Desde Astorga en adelante la etapa adquiere cierta dificultad, ya que será ascenso hasta culminar el Alto de la Cruz del Ferro.

Sin plantearlo previamente, hemos cogido el desvío que pasa por Castrillo de los Polvazares, precioso pueblo que merece la pena visitar. No hemos parado para que lo conozca Paqui, en parte porque queremos llegar al Alto del Ferro pronto y en parte yo misma insisto en no parar, porque esta molestia de estómago me está fastidiando tanto que quiero o necesito llegar a algún sitio definitivo. Me hubiera teletransportado.
Te debo una.

De nuevo nos encontramos con otra "pista" o similitud del juego de La Oca. Pasamos por un pueblo llamado El Ganso. Los montes los tenemos enfrente. Sus colores azulados o violáceos no los hacen menos amenazadores. Personalmente, no se si fue buena idea informarme de lo que me esperaba hoy. Leer comentarios sobre este Alto en particular me ha descolocado un poco, estoy un poco agobiada con este puerto, hubiera preferido subir O'Cebreiro. En fin... p'a fuera telarañas y al lío, poco a poco, molinillo, pie a tierra y el tiempo que necesite. Así me autoconvenzo.

Entre convencimiento y fuerza de voluntad, llegamos a El Ganso y paramos a desayunar. Mi estómago se calma un poco.
Estamos en la zona de la Maragatería. Se acabó la llanura y el páramo. Ahora toca ascender y descender montes, o toboganes como decía Rosa de los "Azules", sacar toda la fuerza de la concentración que propicia el páramo y pedalear a buen ritmo con la respiración, con todos los músculos nuevos que nos han salido en las piernas.

Rabanal del Camino.
Hemos llegado con relativo esfuerzo. Desde aquí a Foncebadón, 6 kms. De Foncebadón al Alto de la Cruz del Ferro... casi nada.

Miguel quiere medir y comprobar sus fuerzas. Su ritmo es otro bien distinto al de Paqui y al mío.  Ante cualquier adversidad cada uno llevamos el móvil en el bolsillo. Adelante, nos vemos arriba!!!

La familia "Azul" también asciende.
Paqui y yo nos miramos. Adelante Paqui, esto hay que superarlo, será un rato duro, pero después está el descenso, para llegar a Santiago hay que pasar por aquí y estamos en este lugar porque queremos, verdad? Si.
Creo que lo digo casi más por seguir autoconvenciéndome.
No puedo evitar preguntarme ¿lo dejaría aquí? la respuesta es rotundamente no. Entonces sigamos el Camino de las Estrellas y vamos allá!




Las pendientes de Rabanal del Camino son acusadas, molinillo, pedaleo fuerte, molinillo... Paqui se me va distanciando. Molinillo y voy haciendo tiempo a que me alcance.

Prefiero no mirar hacia delante, los siguientes metros se me hacen inalcanzables. Voy fijándome en pequeños puntos cercanos a los que dar alcance de forma rápida, mentalmente los voy numerando... intento descubrir insectos en el asfalto, contar mariposas... benditas mariposas... cuántas habré podido contar!
Contar no me hace bien, me hace pensar en cuantos metros habré ascendido ya... mejor me fijo en los colores de las mariposas, la variedad, la diferencia de sus tamaños, el revoloteo confiado con el que te llegan a tocar, intentar alcanzar la siguiente... las flores que crecen a los lados de la carretera...
Miro al frente... no avanzo, no avanzo... si avanzas, si avanzas... sigue... molinillo... sigue... vuelvo a mirar, estas cimas cada vez están más lejos o me falla la vista. No quiero mirar.
Me concentro en la respiración, puedo escuchar el latido de mi corazón. Seguro que pasada esa curva puedo ver el Alto, seguro. Qué lejos está la curva... llega... llega... es interminable... no se ve el Alto... seguro que pasada la siguiente sí se ve...
No puedo más, el pedaleo en molinillo me cansa mucho, necesito poner pie a tierra y estirar las piernas. Están agarrotadas de tanto molinillo y... UN CORZO!!!  cruza justo delante de mí, se para en la carretera, me mira un instante y vuelve a correr!!
Paqui!! Paqui!!! Lo has visto...!!  Paqui...?  no está detrás de mí!!! Cielos!!!  En que momento nos hemos separado tanto??
Detrás de mí viene una pareja de jóvenes extranjeros, que se han quedado alucinados por mi repentino grito... miraron hacia atrás, pero como no vieron a nadie... igual pensaron que me había vuelto loca.

Cuando me alcanzan les pregunto en inglés si han visto a una chica así y asá... mira, son alemanes y no me entienden muy bien, siguen pedaleando.
¿Y ahora que hago? miro el móvil, no tengo llamadas perdidas ni de Paqui, ni de Miguel. Todo debe ir bien. Tengo que seguir estirando los músculos, no puedo pararme, de lo contrario me costaría muchísimo más si se me llegan a enfriar las piernas.

Ni rastro de Paqui en ninguna de las curvas o tramos de carretera que puedo ver desde aquí. Reanudo el pedaleo, flores, mariposas, nubes, estas cimas que no llegan... venga sigue hasta ese árbol... hasta ese peregrino que va andando... la siguiente curva... SPM!!! ¿Quién me ha mandado venir aquí? ¿y yo porqué quería hacer esto?  Miguel por delante... Paqui por detrás... no los veo, no tengo cobertura en el móvil... mierda, mierda, mierda!!!

Vuelvo a estirar las piernas, mirada cabizbaja. Estoy aquí porque he querido. Venga que cada paso dado es uno menos. Si, pero esas jodidas cimas no llegan nunca... cuándo se ve la Cruz del Ferro? Se oyen las voces de los caminantes que van por el camino. Los bicigrinos ascendemos por esta carreterita que no tiene tráfico, salvo algún coche de cuando en cuando, que sube peregrinos y ciclistas que no hacen el esfuerzo, bien por decisión propia o porque no pueden.
La carreterita es estrecha, de hecho no creo que quepan dos coches simultáneamente, se abren hacia la cuneta para favorecer el paso de ambos.
Intento concentrarme en escuchar las conversaciones de los peregrinos para concentrarme en algo que me haga más llevadero este tramo. Nada, tampoco se les entiende. Tengo una nueva tarea, mirar hacia atrás para intentar ver a Paqui en algún tramo entre curva y curva... ni rastro de Paqui... no tengo llamadas perdidas... no tengo cobertura. A cada bicigrino que me alcanza le pregunto si la han alcanzado... en castellano, en inglés... todos están concentrados en su respiración y alcanzar su objetivo, nadie me responde.

Entre pedaleo de molinillo y pie a tierra me estoy cansando mucho más. Arriba de la bici y a pedalear fuerte, se avanza mucho más, pero así no aguanto mucho, duele. Un poco de relax en molinillo... pero a mí esto no me relaja, me agota tanto pedal para avanzar taaaaan poco... Otro rato de pie sobre la bici... pie a tierra... Parece que las cimas se van aproximando un poquito... ¿cuándo llegaré? ¿habrá llegado Miguel? ¿dónde estará Paqui?






¡Menos mal!  Ya estoy en Foncebadón!!! Ese pequeño tejado de la izquierda... es un bar... estará Miguel ahí haciendo un mini descanso?  Por favor, por favor... que esté... que esté...  Mierda... no está... ¿este muchacho ha subido hasta el Alto de un tirón? Pues va a ser que sí. Vamos Ninesita... que tú puedes...
Según paso por delante del bar, el señor me grita "¡Vamos hija que sólo te faltan 3 kilómetros!"

¿3 kilómetros? ¡3 kilómetros!
Ayyy... esto no acaba nunca... el montón de tiempo que llevo ascendiendo y ascendiendo y solo he subido 6 kilómetros... Dueleee!!! ¿Y Paqui? ¿Dónde se ha quedado Paqui?  Estoy cansada de preguntar a los bicigrinos si la han alcanzado... nadie responde... son todos extranjeros, pero les estoy preguntando en mi perfecto inglés (de perfecto nada)... no puede responder ninguno??? ¡Qué angustia! Sigo ascendiendo.

Ya ni me concentro ni nada. La preocupación por mis dos compañeros me está angustiando. Me preocupa más Paqui, Miguel es fuerte y seguro llegó hace tiempo, pero Paqui... ¿dónde estás?... en muchos momentos pienso descender un poco ¿y después tengo que volver a subir lo ya ascendido? Creo que no... ¿y si la espero?... ¿y si me falta poquito ya y la espero arriba? Entre pedaleo cojo el móvil, casi me la doy ¡tiene cobertura! ninguna llamada perdida.... eso es que todo va bien... creo. ¡Gensantaaaaa! Tengo que parar a respirar hondo... no puedo más... no puedo... camino y empujo la bici...vamos Ninesita que ya son muchos pasos avanzados, los que quedan son pocos.
Arriba de la bici de nuevo. Arriba, arriba! Puedes, puedes!  La Cruz!!!  Por fín veo La Cruz!!! Ya llego!!
Allí está Miguel esperándome. Según llego tiro literalmente la bici a la cuneta y lloro. Tengo un nudo inmenso en la garganta. Por fín he conseguido este Alto terrible, a mi ritmo, pero lo he subido por mis propios medios. Ha sido una difícil prueba. Casi no tengo palabras para explicar que todas las dudas que me fui cuestionando por el ascenso, se disipan instantáneamente según se consigue el preciado objetivo.

Miguel ha hablado con Paqui. Ha parado un momento en el bar de Foncebadón. Él llegó arriba hace una hora, nos ha llamado varias veces y solo ha conseguido hablar con Paqui. ¡Maldita cobertura, maldito móvil! ahora empiezan a entrar las llamadas perdidas... grrrr...
Le ha dado tiempo a descansar, a beberse toda el agua, a charlar con todo el mundo, a disfrutar del paisaje, a aburrirse un rato... :)

Arriba hace un frío de la leche, nos ponemos todas las mangas largas para que no se nos enfríe el sudor. Tenemos tiempo para descansar tranquilamente.




Aquí se queda la piedra que he cargado desde casa con el nombre de los tres.

Miguel, Mario y Nines.

Alto de la Cruz del Ferro.

El campeón de la mañana, Miguelón.

La gráfica de su ascenso.

¡Lo conseguí, lo conseguí!
 En este Alto, los peregrinos acostumbran a depositar una piedra que han cargado desde el inicio, como símbolo del lastre acumulado en el alma, que aquí queda para descargar el peso llevado, metafórica y literalmente.
Yo traía una piedra pequeña, con el nombre de Miguel, Mario y el mío. Para mí ha simbolizado que traigo a Mario en el recuerdo presente y de alguna forma está aquí conmigo.

Es emocionante estar aquí arriba... no tengo palabras...
Entre emoción y emoción, comienzo a descubrir los "lastres" de otros peregrinos. ¡Es horroroso! Hay gente que deja gorros, calcetines, zapatillas, cartas, mensajes, papeles, pañuelos, bufandas, muñecos, juegos infantiles... casi parece un punto de basura! Qué horror!

Ensimismada como estoy con los descubrimientos, bajo y me acerco a Miguel. Está charlando con otros peregrinos. Acaba de llegar una pareja de bicigrinos que sí alcanzaron a Paqui y nos dicen que viene subiendo, despacito pero llegará.
Y me saluda un niño. Miguel me presenta. Es Nacho, tiene 11 años. Está haciendo el Camino con su padre, comenzaron también el día 1 en Roncesvalles. Hoy ha subido este Alto de un tirón, sin descansos. Pero Nachooo!!!  tú eres un crack!!!
Me cuenta lo que ve cada día, de su madre y su hermano que subirán a Santiago el día 15 para esperarles, que le gusta mucho lo que está haciendo con su padre, porqué me llamo Nines... ja jajaja!!! Qué solete!

Llegan los mellizos de la familia de "Azules", sus tíos quedaron a descansar un poquito en Foncebadón. Seguimos charlando con los peregrinos que van llegando sobre lo que ahora toca. El descenso.
"Yo hice el Camino hace dos años y un hombre que venía en mi grupo se partió las dos piernas"... ¿¿??
¿Quéeee??... El descenso es peligroso, sumamente peligroso, se desciende todo lo ascendido en pocos kilómetros. La bici se embala y las curvas son pronunciadas, se debe descender con máxima cautela, sin hacer abuso de los frenos porque también existe el inconveniente de que se sobrecalienten o que te puedas quedar sin frenos por desgaste.
¿Y mis pastillas de freno como están?  Ayyy Gensantaaaa... cuando lo habíamos comentado días anteriores no me parecía tan preocupante. Pero ahora aquí arriba, hablando con gente que ya lo ha hecho y ha vivido experiencias terribles... es otro tema.

¡Ya llega Paqui! ¡Paqui! ¡Paqui!
Paqui llega una hora después, en el mismo estado que yo. Emocionada de forma contradictoria. Por un lado contenta por la proeza alcanzada, enfadada por subir sola, dolorida, con ganas de llorar y de darle dos patadas a la bici. Abrazos, sonrisas y lágrimas!

Compartimos la información. Escribe en su piedra y allá va a depositarla.

¡Prueba superada!
La piedra de Paqui.

Sarah (Tato), Lidia y Paqui.


¡Sujeta el poste que se caeee! :)

Y ahora... después de nuestro merecido descanso... a volaaaarr!!!
Descansamos y seguimos compartiendo experiencias con el resto de bicigrinos. ¡Hasta pronto! ¡Nos vemos abajo!
Hay un bicigrino de San Agustín de Guadalix (cerca de casa) que viene desde París. Estaba preparando este viaje y su padre le dijo... "¿y porqué no empiezas desde Francia?" En esas estaba él, preparando para comenzar en Francia y un poquito más arriba... un poquito más arriba... desde París, para que andar con tonterías!!! Qué majete!

Justo detrás de Paqui ha llegado un Zevillano mú ezpeziá. Saleroso como él solo, hiperactivo, cantarín, hazme una foto aquí, hazme una foto allá. Hace el Camino solo pa vé zi aquí conoze a arguien. Desparpajo y soltura por doquier, más salao!!  Coincidió con Paqui en Foncebadón.

La familia de "Azules" también ya al completo. Todos hemos descansado ya lo suficiente, ánimo y al toro, que hay que descender, llevad cuidado, despacio, con calma... cielos que horror!

Vamos Paqui que ya es cuesta abajo... pero.. pero... esto qué es? ¿dónde está el descenso? ¡sigue siendo cuesta arriba! La pendiente continúa hasta alcanzar un edificio lleno de antenas y repetidores de televisión.
El firme debía estar en mal estado y la Comunidad Autónoma, Diputación Provincial o Municipio que se encargue de su cuidado ha decidido asfaltarlo. Bravo por ellos. Pero lo han debido asfaltar esta mañana. El olor a brea y asfalto es asfixiante, el calor que sale del suelo pasma, las ruedas se quedan pegadas al suelo, avanzar es complicado. Hacer pie a tierra todavía peor, es una horrible sensación de quedarse pegado y cuesta despegar los pies.
A Paqui le da un bajón. ¡Vamos Paqui, por favor sigue! Aquí no podemos parar.
Este tramo está un poco protegido entre la montaña y altos árboles, casi no hay brisa, la sensación térmica es de calor fétido con aroma a brea. Por la hora que es el sol está muy vertical. Ha sido un momento duro. Con más fuerza de voluntad que otra cosa alcanzamos el jodido edificio de las antenas.
Ahora si que será todo descenso...

¡Cágate lorito!


Alcanzamos Manjarín. Otro punto único, emblemático y de obligado cumplimiento en el Camino.
Tomás es su hospitalero. Pertenece a una Orden Templaria y le gusta ser conocido como el Último Templario.
Son muchas las anécdotas que hemos leído o escuchado sobre Tomás. Hace unos 17 años que es hospitalero en este pequeño municipio abandonado. Ofrece ayuda y cobijo a muchos peregrinos que pasan por aquí, siendo su albergue el único en muchos kilómetros alrededor.
Paramos a descubrir este particular lugar e intentar conocer a Tomás, o por lo menos saludar.
Está mayor y es su hora de descanso. Dejamos nuestros saludos para cuando despierte.

Personalmente me ha defraudado este lugar. Lo esperaba distinto. Lo que he encontrado es una tienda con todo tipo de artículos, colgantes, banderas, postales, pulseras... no es lo que esperaba, no, aunque supongo que de alguna forma se debe mantener este señor.



A Santiago 222 km.




Bienaventuranzas del Peregrino.




Con la familia de "Azules"
Seguimos nuestro recorrido. Que gran verdad que se embala la bici.
Curvas cerradas o abiertas, gran desnivel, precioso paisaje y ¿cómo hago? ¿freno mucho, freno poco? ¿nos quedaremos sin frenos? ayyy que no, que no... con más miedo que vergüenza por el montón de accidentes producidos que me han contado de este descenso, llegamos hasta El Acebo. Parada obligatoria a comer y respirar.
Uf!







Al fondo... Molinaseca.

El Acebo
Comemos unos bocatas delicioooosos... qué ricos! Reponemos energías, esfuerzo y pensamiento. Nos damos el lujo de tener un divino rato de tertulia con café. Lo peor del día lo tenemos superado y bien superado.
Seguimos descendiendo con sumo cuidado y llegamos a Molinaseca, fin de nuestra etapa de hoy.









Molinaseca es un precioso pueblo del Bierzo lleno de vida, casas blasonadas, balcones llenos de flores, un precioso río que lo atraviesa... Buscamos albergue, aunque debido al esfuerzo del día, creemos que nos merecemos un descanso del 10. Probaremos con otro tipo de alojamiento.

El Río Muruelo de aguas cristalinas, en su paso por Molinaseca está acondicionado para el baño. Existe una rampa o acceso empedrado al río para poder darse un baño, o bien, como hacen los chiquillos del pueblo, saltar desde las vallas o muros de protección.

Primer albergue completo, el segundo está saliendo del pueblo. Encontramos "La Posada de Muriel" que como edificio tiene buena pinta y no está lejos del casco de Molinaseca. Miguel se dirige a preguntar. 65 € los 3 y nos guarda las bicis. Va a ser que no.
Detrás de Miguel sale el propietario diciendo que si queremos pagar menos, exactamente cuanto queremos pagar, que nos hace precio. Le explicamos que no se trata de pagar menos, pero 65 pavos por una habitación triple en un pueblo del Bierzo... pues nos parece un poco excesivo. Nos ofrece 45 € y aceptamos, realmente hoy estamos reventados.
Sale una señora para hablar con él y le dice que está loco... que 45 € por la habitación "Nosecuantitos" es un regalo, que suertón que hemos tenido... A cuadros nos hemos quedado los 3.

Bajamos las bicis al sótano.
El propietario del hostal es... es... uf... pesado, pedante, cansino, está todo el tiempo haciendo piropos casposos y no quiero ni oirle. Tiene un cartel en la entrada que dice "Arriba Marsella". Es español de origen y debió pasar una gran temporada o gran parte de su vida en Marsella, con lo que él opina que como los marselleses son hagaladores y piropeadores de mujeres, él también, aunque las mujeres españolas no somos tan receptivas como las francesas... uffff.... me rallaaaaaa!!! Pregunta y pregunta y pregunta... Habla, se entretiene... Se llama Juan pero le gusta que le llamen Jean. No tengo hoy el día para escucharle, ni para responderle. Me escondo detrás de Miguel :)

La señora nos acompaña a nuestra habitación "Nosecuantitos", esa por la que somos tan afortunados al alojarnos allí. Tercer piso sin ascensor cargados con las alforjas. La señora sube rauda, no doy crédito, aquí debe haber alguna cámara oculta o algo.
Nos espera a la puerta de la habitación, impaciente, hemos tardado más que ella. Abre. Qué bonito, qué alboroto. Es una perfecta habitación abuhardillada por la que tenemos que caminar  encogidos so pena de dejarnos la cabeza en las preciosas vigas de madera del techo. Esta era la fortuna. Dan ganas de decirle tropecientas cosas o de salir zumbando de allí, pero no estamos para mucho más, necesitamos descansar un rato y reponernos con la ducha. Total que más da dormir aquí o allá, ya están guardadas las bicis y remover otra vez todo no nos apetece demasiado.

Una de las ventajas de un alojamiento distinto al albergue, es que puedes dejar todas tus cosas pingadas por la habitación sin molestar a nadie. Puedes dejar tu cepillo de dientes en un vaso, no hace falta que después de la ducha dejes la toalla perfectamente estirada para que seque... y un sinfín más.
Nos ponemos el bañador y nos vamos al río a relajarnos un poco. Estas escaleras son criminales. Por favor no me dejéis la última que no quiero que este señor me hable...
Otro sitio para no repetir, que flaco favor le hace a este precioso pueblo.












Por fin en el Río!  El agua está congelada. Vamos, vamos... no hay que pensárselo!  Uf... pero si corta la respiración!!! Descongestiona las atormentadas piernas y ya nos sentimos mucho mejor. :)
Después de un merecido descanso en la pradera de césped, vamos a sellar nuestra credencial en una preciosa iglesia que, como no, está arriba de una cuesta con escaleras. :)

Cenamos de lo lindo en una terraza. Plato típico pulpo a la brasa con puré de patatas. Riquísimo!!!
La temperatura ha bajado bastante, entre el frío y el cansancio estamos nada más que para alcanzar la posición horizontal ya mismo.
De nuevo subir las tortuosas escaleras de la posada... menos mal que no está este señor extraño...

Buenas noches, descansad!!

*SPM : Su Puta Madre...






7 comentarios:

  1. Dios! Qué agobio de subida! Me faltaba hasta la respiración leyéndolo, así que imagino lo que tuvo que ser pedaleándolo... Ufff!!!!
    A pesar de la subida a Foncebadón y Cruz de Ferro... de la bajada a Molinaseca y del cansino del alojamiento... gran etapa ¿verdad?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si Gabriel, si, grande con significado pleno!

      A pesar de la dureza de la etapa, de todo se aprende taaaanto... volveré a repetirla sin lugar a dudas.
      El baño en el río fue tan reparador y la experiencia en su conjunto tan gratificante que lo que queda es positivo.

      Eso sí, cuando lo vuelva a repetir, me llevo una cuerda para echar el lazo a Miguelito y que tire él!! jajaja!

      Un abrazo!

      Eliminar
    2. Y como fue tu experiencia en esta pedazo etapa?

      Eliminar
  2. Pues mi experiencia en este pedazo de etapa... resumiendo... sería la siguiente:
    Año 2008 - Primer Camino.- De los tres que ibamos juntos, uno decidió subir por la carretera, sin asfaltar, que vosotros habeis rodado ya asfaltada. Otro colega y yo tiramos por el sendero, igual que la cabra tira al monte... nosotros al sendero... (como bien dices... SPM) pero fue gratificante llegar arriba sin haber tocado apenas asfalto. Ese fue nuestro propósito en esa ocasión. Además... llegar a Molinaseca tenía premio... nuestras respectivas familias (mujeres e hijos/as) nos estaban esperando allí y teníamos reservado un alojamiento rural donde nos tomamos un merecido y deseado descanso de un día sin bici e hicimos turismo por la zona. Ya no nos veríamos más con ellos hasta llegar a Santiago.
    Año 2010 - Segundo Camino.- A pesar de la mayor cercanía en el tiempo el recuerdo es más difuso... pero creo recordar que en esta ocasión lo subimos los 3 que ibamos (distintos compañeros... distinto Camino...) subimos por asfalto y no fue más sencillo que por el sendero de dos años antes, te lo aseguro.

    Por otro lado... y perdón por la insistencia... Quiero leer segundas y terceras opiniones de estas etapas... Por aqui me chivan algo en los desayunos pero hay que dedicarle tiempo a escribirlo ¿eins? Que se me están relajando ustedes... ¿o es que sólo has hecho el Camino tú? Ah... no... que ellos salen en las fotos también...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuan diferentes, verdad? y mil veces más que lo hicieras, mil diferencias más! :)

      Shhhh... ahora te diré la verdad... los otros dos bicigrinos los he colocado en las fotos con Photoshop... pero no lo han hecho...

      Tienes toda la razón del mundo!
      :)
      Bssss

      Eliminar
  3. Jajaja!! SPM, lo que me he reido.
    Bueno, vi la entrada en el trabajo el día que la publicaste y me apeteció coger la bici e ir allí. No leí nada porque allí no me concentro y porque tampoco tengo tiempo, esto hay que hacerlo tranquilo.
    Ahora estoy en casa junto a la ventana viendo la bienvenida lluvia y pensando en esa fuerza que tienes, en ese ánimo de superación.. Me has hecho sufrir mientras leía y acabar con una gran sonrisa. ¡Qué aventura!
    Besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jJa jajaja ja!
      Me alegro q te haya hecho reír, es que me encantan las palabras modificadas, extrańas o nuevas formadas por varias.
      Fue una etapa dura a la vez que sumamente enriquecedora. Ya se lo que llevaré la próxima vez q haga el Camino, unos cascos para escuchar música y subir cantando!!!
      Un beso enorme!

      Eliminar